¿Cuántos tipos de trabajadores autónomos hay en España? Cuando hablamos de ‘autónomos’ creamos una base homogénea que no tiene nada que ver con la realidad. De hecho, hay muchos tipos y clases de autónomos, que vamos a repasar en este artículo.
Para empezar, en España hay más de tres millones de trabajadores autónomos, por lo que no debería extrañar que en una población tan elevada haya importantes diferencias.
Una de las más habituales es la que establecemos entre trabajador autónomo y empresario autónomo.
Trabajadores Autónomos vs. Empresarios Autónomos
Cuando trabajamos por cuenta ajena, hay un empresario que nos paga la nómina y se encarga de gestionar diferentes aspectos de nuestro trabajo. Y ese empresario también es un trabajador autónomo, sobre todo si es propietario de la empresa o de parte de ella. Eso, aunque cobre un salario de la empresa. Es decir: la mera posesión de una empresa ya requiere que esa persona esté dada de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). De hecho, muchas de las ayudas para autónomos, como la tarifa plana, ni siquiera son válidas para los llamados ‘autónomos societarios’, que con la reforma del sistema de cuotas de autónomos de 2023 pasan a pagar un mínimo de 377 euros mensuales.
El autónomo societario forma parte de una sociedad, ya sea anónima o limitada, entre otros tipos. Suele ser el administrador de la sociedad, aunque, incluso si no la administra, deberá ser autónomo si posee algún tipo de control efectivo sobre ella o posee al menos un tercio de las participaciones.
Hay puntualizaciones, dado que ese porcentaje se ampliará o reducirá según algunas circunstancias, como si desempeña labores de gerencia (en ese caso, será autónomo si posee un cuarto del capital social) o si se trata de una empresa familiar (en cuyo caso será autónomo son solo tener la mitad de la sociedad).
La otra figura es la del trabajador autónomo sin sociedad, y es la más habitual y en la que pensamos al hablar de ‘autónomos’. Cabe decir que algunos están al frente de un negocio, como puede ser una tienda o una cafetería para los que no se ha constituido una sociedad. También pueden tener profesiones como conducir un taxi o un camión, o bien ser artistas y deportistas en general.
¿Y los autónomos freelance?
Llegados a este punto, quizás no sepamos ver las diferencias entre un trabajador autónomo y un freelance. Y es que, si bien son figuras parecidas, hay algunos detalles que diferencian ambos grupos. Por ejemplo, los freelance se dedican a una serie de profesiones recogidas en el listado de actividades profesionales del Impuesto de Actividades Económicas, y hay dos grupos principales: aquellos colegiados, que cotizan a través de sus colegios profesionales, y los no colegiados, que cotizan por su cuenta.
Lo cierto es que los autónomos freelance y los trabajadores autónomos como tal no guardan muchas diferencias, de forma que el término ‘freelance’ se suele reservar a personas que desempeñan una profesión habitualmente reglada bajo la estructura de una empresa y como empleados por cuenta ajena, pero que ‘se lo montan por su cuenta’ para gestionar ellos, a modo de microempresa personal, todo el proceso.
Los otros tipos de autónomos
Al margen de estos clústeres, existen los autónomos agrarios, que son aquellos que se dedican a este sector. Tienen peculiaridades sobre todo a la hora de cotizar, pues lo hacen por una cuantía sensiblemente inferior.
Además, están los autónomos económicamente dependientes, que son aquellos que facturan al menos el 75 % de sus ingresos totales a un único cliente, lo que introduce un plus de inestabilidad a su negocio. Y, por último, los autónomos colaboradores, que trabajan para un familiar directo hasta el segundo grado de consanguinidad.
Como ves, hay diferentes tipos de trabajadores autónomos, lo que permite adherirse a aquella figura que mejor se ajuste a tu caso particular.
