La pandemia demostró que la tecnología permite un nuevo modelo laboral donde las oficinas, los horarios e incluso los jefes no son necesarios. Una dinámica que, en realidad, llevaba años entre nosotros, pero que estaba reservada a unos pocos afortunados conocidos como ‘nómadas digitales’. Te contamos cómo ser nómada digital y cómo pasar a formar parte de la mayor revolución laboral de las últimas décadas.
El fenómeno de los nómadas digitales no es nuevo. Desde que se popularizaran la informática y, sobre todo, Internet, miles de personas viven una vida en la que las oficinas, los horarios y los jefes no están en la ecuación. Pero han sido hasta ahora una minoría, a menudo tachada de hippies o de personas con empleos precarios. La clásica figura del freelance con varios clientes que echa horas por doquier para arañar un sueldo medianamente digno, algo que consigue gracias a que se traslada a vivir a países con un nivel de vida más bajo (y, por tanto, barato).
Si bien el nómada digital de toda la vida es así, un autónomo con una profesión más bien enmarcada en ámbitos de comunicación, marketing, informática o cualquier otra profesión liberal en la que no hay una estructura empresarial detrás, la pandemia puso al alcance de cualquier persona las bondades del nomadismo digital. Para empezar, popularizó el teletrabajo, que es la columna vertebral del nómada digital. Y es que la esencia de este modelo laboral es que no exige una localización geográfica concreta, dado que sus únicas herramientas de trabajo son un ordenador con conexión a Internet, un smartphone y los conocimientos y talento del trabajador.
El efímero teletrabajo
Si lo pensamos fríamente, casi cualquier trabajo donde lo intelectual tiene la mayor parte del peso puede ser trasladado a un formato teletrabajo. La pandemia así lo demostró, cuando, de un día para otro, miles de personas comenzaron a realizar sus trabajos desde casa, sin que pasara nada negativo. Pero las empresas no están por la labor de permitir ese mayor grado de libertad que ofrece el teletrabajo a los trabajadores. Para ellas, el teletrabajo otorga al empleado una autonomía que no se quieren permitir, quizás para controlar más de cerca a las personas a las que pagan un sueldo cada mes. Cosas de un modelo laboral anticuado que las nuevas generaciones no aceptan, ya que han crecido en entornos digitales en los que todo es posible, y donde el tiempo y el espacio se han superado para siempre.
Solo las empresas con mayor visión de futuro y osadía lograrán dejar atrás los anticuados esquemas de ‘jornada de 8 horas en una oficina con un jefe supervisando absolutamente todo’. Las que lo hagan, dominarán el mercado en el futuro. Pero ese es otro debate.
Cómo ser nómada digital en 2024
Ahora que el verano termina, hacemos planes para el nuevo curso. Los más avezados incluso empiezan a preparar el próximo año. Y quizás sea buena idea ir explorando el nomadismo digital, así que te vamos a contar cómo ser nómada digital sin morir en el intento.
Para empezar, debes comprender bien qué es ser nómada digital. Implica que puedes trabajar desde cualquier lugar del mundo, dado que tu profesión no exige estar basado en ninguna localización geográfica concreta. No todos los puestos de trabajo pueden prestarse a ello de forma absoluta: un camarero, el recepcionista de un hotel, un taxista o un profesor no pueden teletrabajar, como norma general. Sin embargo, todos ellos pueden gozar de cierta movilidad geográfica si la empresa para la que trabajan dispone de sedes en otras ciudades o países…
¿Para qué sirve la oficina en el siglo XXI?
Volviendo al nómada digital, por lo general se trata de perfiles cuyo trabajo solo necesita algún dispositivo tecnológico de uso habitual (como un ordenador o un smartphone), conexión a Internet y conocimientos específicos que lleva consigo la persona. Si tu profesión reúne estos requisitos, puedes ser nómada digital. De hecho, piensa en lo que haces en una oficina: utilizas un ordenador con conexión a Internet para hacer tu trabajo. ¿Qué diferencia hay entre hacerlo en una oficina ubicada en Madrid o hacerlo desde una cafetería ubicada en Tailandia? Ninguna, pues el entorno, el espacio, no aporta ningún extra a tu labor. Aunque las empresas no lo ven así y consideran que el hecho de compartir espacio físico entre compañeros crea sinergias y mejores flujos de comunicación para el trabajo en equipo.
Si bien es cierto que la comunicación en persona es más efectiva y que consultar con el compañero de la mesa de al lado un tema común es más rápido y fácil en persona, la tecnología ofrece innumerables herramientas para mantener ese contacto más o menos directo sin que sea necesario que sea un contacto físico. Piensa en herramientas como Zoom o Google Meet, apps como WhatsApp o el propio teléfono. Con ellas, podemos seguir en contacto con otras personas aunque no compartamos espacio físico.
La organización de la jornada es clave para ser nómada digital
Por último, para ser nómada digital necesitarás delimitar correctamente tu forma de organizar el trabajo. Si vas a trabajar para una empresa moderna que ofrece esta opción full remote, deberás coordinar los horarios laborales del lugar de origen de la empresa con los del lugar en el que te encuentres, salvando las diferencias horarias. Además, seguirás sujeto a una estructura corporativa con un jefe, días de vacaciones tasados y otro tipo de normas y necesidades, como ajustarte a reuniones o a peticiones específicas.
Por el contrario, la mayoría de los nómadas digitales son trabajadores autónomos, por lo que no están sujetos a una estructura laboral tradicional y son ellos los que deciden cuándo y cómo trabajar. El verdadero nómada digital suele ser un freelance, una figura en la que te puedes convertir incluso si trabajas actualmente para una empresa y no quieres dejarlo: negocia con tus jefes la posibilidad de convertirte en autónomo y seguir trabajando para ellos, facturándoles por los trabajos que hagas.
Si quieres ser nómada digital, recuerda que la clave es la movilidad y libertad que ofrece este modelo. Además, no tiene por qué ser para toda la vida: puede ser, simplemente, una etapa más. Aprovéchalo y dedícate a explorar nuevos lugares para vivir, organiza tu vida a tu medida y trabaja para cumplir tus sueños sin tener que renunciar a tu empleo. Casi cualquier profesión te permitirá establecerte por tu cuenta gracias al poder de Internet, que llega a cualquier rincón del mundo y nos permite pulverizar los límites para siempre. ¡Suerte en tu nueva etapa como nómada digital!