El verano es una época de contrastes para los negocios: mientras algunos experimentan una caída estacional, otros viven sus meses más activos. Ya sea que tengas un comercio físico, una tienda online o prestes servicios digitales, anticiparse y prepararse adecuadamente puede marcar la diferencia entre sobrevivir y crecer o perder clientes de forma irreversible incluso después del verano. Sin embargo, estos consejos sobre cómo gestionar un negocio en verano que hemos recopilado te ayudarán a mantener el control de tu negocio durante los meses estivales, para que puedas marcharte de vacaciones sin preocuparte por nada.
Transparencia e información
Tanto si vas a cerrar por vacaciones como si mantendrás la actividad, debes informar a tus clientes con tiempo. Aunque parezca mentira, la inmensa mayoría de los negocios solo indican que cierran por vacaciones… ¡cuando ya han cerrado! Eso impide a los clientes planificar sus compras y genera frustración.
No cometas este grave error y no dudes en anunciar con tiempo los horarios especiales, días festivos o plazos de envío más largos que podría haber en tu negocio. Asegúrate de que esta información esté visible tanto en tu local como en tu web y redes sociales. Y comunícaselo de palabra a todos aquellos clientes que, por distintas razones, podrían tener especial interés en tus fechas de cierre. Piensa, por ejemplo, en plazos de devolución de productos, entregas, etc.
Organiza bien a tu plantilla para gestionar tu negocio en verano
Los negocios pequeños se enfrentan al tremendo problema de la gestión del personal durante el verano. Y es que no resulta sencillo coordinar las vacaciones de todos los empleados, ya que cada uno tiene sus preferencias, necesidades y su propia coordinación con su pareja, padres o hijos.
Debes saber que, salvo que tengas a un responsable de recursos humanos, tú, como propietario o gerente del negocio, deberás equilibrar las necesidades y posibilidades de todos. Para ello, no dudes en tirar de empatía, entendiendo que tus trabajadores quieren pasar tiempo con sus familias, pero sin olvidar que el negocio debe poder seguir funcionando.
Aquí no hay una receta única, así que debes aceptar que, en ocasiones, habrá que ceder, reducir la carga de trabajo, abrir menos horas o días o incluso externalizar algunas tareas puntuales para que todos estén contentos. Con buena organización, planificación y un buen ambiente laboral (que debe ser trabajado a lo largo del año, creando un clima agradable que involucre a los trabajadores con la misión de la empresa por sentirse valorados y reconocidos), todo saldrá bien.
No te calles: sigue comunicando
Los negocios más pequeños suelen autogestionarse la comunicación digital, depositando en alguno de los empleados esta labor que no han profesionalizado con agencias y expertos. Sin embargo, en verano o vacaciones se produce un abrupto silencio que perjudica al negocio, ya que tus clientes deben seguir teniendo en mente que existes (aunque hayas cerrado durante unos días).
Debes saber que la comunicación se puede mantener incluso si no estás en el día a día. Simplemente programa de antemano publicaciones para que se desvelen automáticamente a lo largo del mes de vacaciones.
Así, mantendrás el engagement con tu público y seguirás alimentando los algoritmos de las redes sociales, que premian a quienes no dejan nunca de publicar. Si además tus publicaciones informan de tus cambios de horarios por las vacaciones o proporcionan consejos u ofertas relacionadas con la época estival, estarás creando contenidos de utilidad que podrán atraer a nuevos clientes y demostrar a los actuales que sigues pensando en ellos.
El dilema de la seguridad
Sabemos que muchas empresas y negocios no publican de antemano sus planes veraniegos por miedo a los cacos… Ciertamente, todos los negocios, sobre todo los físicos, corren un riesgo adicional cuando cierran durante un largo periodo de tiempo. Máxime si lo hacen en agosto, cuando las grandes ciudades prácticamente se vacían de gente y negocios operativos, ofreciendo un mejor ambiente a los ladrones.
Sin embargo, tu negocio debe prever también esas situaciones y no dejarse arrastrar por ellas. No dudes en instalar alarmas, cámaras de seguridad y demás elementos que te protejan. Y, por supuesto, no dejes ni dinero en la caja ni objetos de gran valor: más vale guardar esa mercancía a buen recaudo en sitios donde vaya a estar bien custodiada durante las fechas de cierre. Si además das algo de transparencia a los posibles cacos, de manera que vean que dentro de tu local no hay nada de valor, podrás contribuir a evitar que intenten forzarte el negocio.
Por otra parte, si tu negocio es digital, tampoco debes descuidar la ciberseguridad. Actualiza tus contraseñas, activa la autenticación en dos pasos y haz copias de seguridad de la información de tus dispositivos antes de cerrar, especialmente si vas a viajar con ellos. Y, en el destino, no dudes en tener cuidado con las redes wifi públicas: usa antivirus en tu móvil u ordenador, instala una VPN y trata de limitar tu actividad digital, evitando la consulta de apps bancarias y de plataformas que contengan información sensible sobre tu negocio. Si tienes que hacerlo por obligación, considera contratar un plan de datos en el extranjero para conectarte sin tener que recurrir a redes públicas.
Conclusión para gestionar un negocio en verano
Como ves, gestionar bien tu negocio en verano no solo te permite mantener la actividad y cuidar de tu equipo, sino también fortalecer tu relación con los clientes y sentar las bases para el siguiente ciclo. Adaptabilidad, planificación y atención al detalle son las claves para no perder ritmo mientras disfrutas (también) del verano con seguridad. Es el momento de recargar pilas para afrontar septiembre con fuerzas renovadas.